No esperes nada de mí, yo de ti nada espero. No esperes que espere tu ausencia, no espero ni un adiós inesperado. No espero que me esperes, tampoco esperes que te espere. No espero ahora ni en mi vida, ni en el sueño de eternidad, ni en la duda del pensar que esperarte no me basta... sólo con soñarlo ni dejando de ser yo.

‘Verónica Rodríguez’

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