EL SEXO OPUESTO El hombre tiene una luz muy dentro que une cuerpos. Atmósfera de las cuatro a oscuras tus gestos reconcilian máscaras que la mujer no domestica, su beso de llanura solitaria que nos hace amar el humo de su cigarrillo. Tienes todo lo que busco, una muerte esbelta en la línea de tu cuerpo. Quizás, una cicatriz que existe en un beso enterrado, un pétalo que no se llama rosa. Te quiero por que tienes entre sábanas y frío un ceremonioso desconocido. Al final de cada tacto nos quedamos solos, solos... matándonos a cada rato. Entre bruma y bruma encuentras la luz, cada gota de saliva es veneno que no bebo por más exquisito que parezca. Lo insoportable es que olvidan, olvidan como locos la dulce carne del amor y apenas un brazo nos abraza, y mi lengua y mis ojos y mi alma y mi corazón que ya no sé dónde están, recorren el cansancio rebelde en un misterio distante. Esa ausencia que se suicida como ojos que llenaron de luz el vacío. No me digas que dónde estas tú
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Mostrando entradas de 2012
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UNA MISMA ESTACIÓN Soñarlo en los rincones de mi alma hasta el amanecer. Recuérdame en el derredor del desahuciado y cuando te sientes a mi lado como el ermitaño que narra su historia en la monocromía nocturna. ¡Ocúrreme! un día hasta el solsticio de primavera para descender hasta el invierno. Y en la imposibilidad de la utopía ¡desnúdame! hasta quedarme dormida en un paisaje que no existe sino en nuestro cuerpo. Enséñame a renacer en tu sueño y senténciame a ser cómplice de las esclavas en el Hades que dejan huellas escarlata en piel y me cubren de elixir que serán significado de tus brazos. Y aquí, recuérdame cada noche, cuando tomamos la primavera de testigo de tantas noches caníbales. Verónica Rodríguez
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ESPEJO Soy una ausencia de eternidad, una añoranza perdida de la tempestad, un oasis agonizante en la alabanza efímera. Yo soy un rincón sosiego en las deshoras del tiempo, un dibujo del silencio, un túnel sedentario diluido en sueños. Soy un trueno de líneas en un desierto delirante, un alma cansada pregonada de la esperanza, un lascivo ocaso en la lejanía del aire. -¿Qué eres tú? Me preguntó la niebla imposible... Le dije: Una onírica señal en el regazo de lo desconocido, una luz imposible .........................un sueño que no se puede amar. ‘Verónica Rodríguez’
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QUIMERA “Ser el silencio que corta tu mirada, nuestras manos que se rompen en el contacto, intoxicar las venas de nuestros cuerpos, decir adiós con breve acento, lagrimear los paso de un céfiro en tú nube, irnos amando en soledad. Nos vamos llorando descalzos un sendero de espinas, reflejarnos en las hojas de otoño un cuerpo sin rostro, quimera y frenesí entre árboles pretendiendo amar la despedida.” Verónica Rodríguez
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SUSPIRO “Aire que se perturba en las ráfagas de tú viento, culminar el cigarrillo de amor inquieto, mortificar el sentido ser tu duda incompleta, la pregunta a tus respuestas. Suspirar un chorro de ilusión dormida, convertirte senil a mis pies, suplicando mi libertad sepultarte en el vacío de mi existencia, existir en tú mente perderte en mi memoria.” Verónica Rodríguez
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No esperes nada de mí, yo de ti nada espero. No esperes que espere tu ausencia, no espero ni un adiós inesperado. No espero que me esperes, tampoco esperes que te espere. No espero ahora ni en mi vida, ni en el sueño de eternidad, ni en la duda del pensar que esperarte no me basta... sólo con soñarlo ni dejando de ser yo. ‘Verónica Rodríguez’
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¡NO DIGAS NADA! Se maquilla una desesperanza pintada entre epitafios, ¡No digas nada! mantente dormida al compás de la lluvia. Sueña viendo la noche y siente el tedio, tedio agridulce. La sequía, que ahora no son lágrimas, son suspiros que se regocijaban en tu risa. Reemplazaste mi carne a la muerte del verano, te asomaste súbitamente mateniéndote tosco entre sueños, entre sombras correspondidas. Se maquillan los adioses, en tu alma y en mi alma. ¿Recuerdas amor? Una palabra casi muerta entre labios, y una tristeza alta, muy triste yo aluciné tu silueta en el cielo. Este poema no es mío, no son mías estas anotaciones. Morí a pedazos en silencio de la media noche. Inútilmente con la pesadumbre, con los huesos partidos, desgarrados... me doy cuenta amor, que me faltas como el ruido... así de inútil como empezar a leer esto con tu voz sobreviviente. Se maquilla la desesperanza con máscaras, con pinceladas de besos, dolidos y muertos ‘Verón
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SILENCIO “Impugnador de disonancias, secreto que dormido te posas en la almohada, intacto como curvatura, amorfo ruido que no se oye demencia de quererte, sentirte en los oídos más necios y burdos que jamás he conocido. Dominante de pensamientos, memorias, recuerdos, reflejos que inundas con tu oscuridad, obscuro de amor y soledad, sedentario, paseas por los fangos de tú inexistencia, pretendiendo ocultarte en mi ceguera.” ‘Verónica Rodríguez’
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TÁCTICA Y ESTRATEGIA ~Mario Benedetti~ Mi táctica es Mirarte, Aprender como sos, Quererte como sos. Mi táctica es Hablarte Y escucharte. Construir con palabras Un puente indestructible. Mi táctica es Quedarme en tu recuerdo. No sé cómo, ni sé Con qué pretexto Pero quedarme en vos. Mi táctica es Ser franco Y saber que sos franca Y que no nos vendamos Simulacros Para que entre los dos No haya telón Ni abismos. Mi estrategia es En cambio, Más profunda y más Simple. Mi estrategia es, Que un día cualquiera No sé cómo, ni sé Con qué pretexto Por fin me necesites.
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FANTASMAS DE AZUL Fantasmas de mis pasos que hoy acompañan mi mesa, el manto de mi profana memoria. Vengo a enmendar las cortaduras de mi piel a cicatrizar la herida de ese mantel. Fantasma que amas, en secreto te escondes a través de tu piel de hielo helando sin compasión, con tu deseo burdo y tosco de husmear en mi recuerdo. Fantasma que amas en recelo encarnado con las púas de tu corazón errado a tu futuro tardío de velas y espejismos. Fantasmas de las cuatro esquinas que me siguen marchando en melodía, espanten la felicidad de esta habitación tan roja y negra, que las cortinas grises manchen el suelo en blanco puro. Fantasmas de las siete casas ensordezcan el ruido para no oír más sus llantos sin sentido. Fantasma que amas en velo mis pies dormidos, camina helando junto a mi las huellas, trasluce con tu manto de incertidumbre mi nívea piel, bes