Y nuevamente vuelvo aquí
en pasos paulatinos.

intentando en vano,
resistir al destino

recorriendo cada rincón
de mi habitación

intentando describir el viento
como un sueño

llena de esperanzas
que pronto se van con el otoño.

Mirándome desnuda al espejo
esperando si alguna vez me encuentro.

Después de todo,
en esta quimera a la
que llaman vida
yo naufrago como un barco
y  mueren los pasajeros de mi corazón.
y me ahogo en lágrimas negras,
hasta el día siguiente,
dónde, ausente
se transforma la vida en
color azul oscuro
y me pierdo.
Por que han muerto
las estrellas de mi alma,
y ya no existe el cielo,
no hay espacio...

Y regreso a ese rincón sosiego
donde me he escondido
varios años de esta existencia,
dónde una sombra utópica
me toma como cadáver
y en su silencio
carcome mi vida
y vuelvo a la fragilidad.

-Verónica Rodríguez-

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