LA ESPERA
Te he esperado hasta las tres de la mañana,
y créeme que es un acto de humanidad
esperar tu ausencia cada madrugada.
Recuerda que vivo dormida
y soy un poco torpe,
mis dedos no me ayudan,
se estremecen con el frío
y mi voz se enmudece con el viento.
Recuerda que mis ojos no ven
y que estoy joven y a la vez vieja
de esperarte.
Te he esperado hasta las diez de la mañana,
sé que tus brazos son como tentáculos
que no me absorben,
me repelen.
Yo te quiero,
pero...
¿quién alguna vez
ha vivido de amor eterno?
si la lluvia que moja el lodazal es toxica,
y a cada contacto con tu piel
es morir un poco más.
Todo en esta lucha constante con el amor
es una perdida de tiempo.
No existe el felices para siempre,
tampoco el amor eterno
y de amor nadie se muere.
Pero recuerda amor
que aunque el viento sople fuerte,
y la lluvia esté llena de electrizantes rayos,
y los mares estén enfurecidos
y hasta la arena
me tape hasta la corona, la cabeza;
recuerda,
y no lo olvides,
recuerda que te espero,
como la primera vez en la calle
dónde las rosas danzaban,
dónde bailamos,
nos miramos, y,
con un susurro
casi ahogado nos dijimos "te amo";
esa palabra muerta
que a los oídos de muchos
ya no tiene sentido.
Recuerdo esa vez en el tejado,
cuando hablamos de los amores eternos,
nos reímos tanto
que pensamos:
"que caso tiene"
y ahí lo dejamos,
quieto y sin sonido.
Una mirada,
no basto mas
no basto mas
para embelesarnos,
luego, despacio,
sin que el aire me viera
nos besamos,
un beso lento
lleno de sentido
como los siguientes tres,
después de ahí
fue un fracaso.
Pero amor,
puedo decir ciertamente
que nuestro verdadero amor
lo vivimos sólo tres días,
el resto... bueno,
fue un lindo infierno compartido.
Y confía cuando te digo
que esperarte...
es un acto de humanidad
cuando sé que no vendrás.
Verónica Rodríguez
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